¡La buena vida!
Entonces ¿qué es esto de la buena vida?
Como decíamos en este artículo, la respuesta a esa pregunta es tan profunda y única como lo es cada persona que la responda.
Nosotros, como consultora organizacional, creemos que no es posible tener una Buena Vida si seguimos entendiendo las organizaciones como algo mecánico, si seguimos poniendo foco en lo técnico y pensando en el ser humano como una unidad de producción, como un recurso más de la organización.
El mundo relacional, la variabilidad humana, el mundo emocional, las inquietudes de cada uno, el mundo conversacional y comunicacional son elementos humanos que debemos traer al centro de nuestro foco como organizaciones. La acción y los resultados de una organización provienen de la acción humana y es éste el que ha de estar en el centro de la organización; el origen humano de la acción y los resultados ha de ser puesto en valor para tener resultados que aporten valor. Entender que los resultados provienen de las conversaciones, del compromiso, del cuidado y de la coordinación -todos ellos elementos humanos- hace que las organizaciones tengan más y mejores resultados que la visión tradicional mecánica.
La acción no es el hacer y el lado humano no es un lado blando y difícil de medir. La acción nace del compromiso y un alto grado de compromiso empodera un alto grado de coordinación y foco en aquello que, como organización, nos importa cuidar.
El lado humano es un lado profundo y con infinidad de elementos, pero no es un lado blando que no podamos entender, desarrollar y mejorar para conectarnos como organización y conseguir mejores resultados desde lo humano.
Tener una visión humana de las organizaciones, no sólo hace que como humanos nos apropiemos de lo que hacemos y de los resultados, también hace que las personas que trabajemos en este tipo de organizaciones tengamos una mejor vida, una buena vida.
¡Vive Causa!