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Una historia de actitud

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¡Este es mi padre y como hijo orgulloso hoy quiero contaros la historia detrás de la foto!

La foto está tomada en la cima del monte Toubkal a 4.167m, el pico más alto de Marruecos. Hace 8 años coronó por primera vez este cuatro mil, ahora ha repetido en menos tiempo, con más energía y con más años; este año cumple 78. ¡Ya lleva varios 4K en su historial!

Los días antes de salir hacia Marruecos se le notaba con una mezcla de emociones propias del reto que tenía por delante; estaba ilusionado con el viaje y con la meta que se había propuesto pero también algo contraído por las coordinaciones técnicas previas y por esa sensación que todos tenemos cuando nos damos cuenta que nuestro principal reto somos nosotros mismos, nosotros somos nuestra propia cumbre.

A su vuelta tras haber coronado se le nota mucho más energizado, más grande. Se le nota que ve más y mejores posibilidades de futuro y que tiene más ganas de hacer más cosas. Ha mejorado como senderista y se ha expandido como persona. Ha crecido.

Cuando vamos consiguiendo los retos que nos proponemos vamos construyendo un futuro con más posibilidades. Vamos creciendo, nos vamos haciendo cada vez más grandes y más poderosos. Eso es aprender; aprender es crecer, expandirse.

Para este nuevo 4K mi padre ha tenido que aprender cosas nuevas: caminar con crampones sobre la nieve y el hielo, manejar el mal de altura y la respiración. Ha tenido que aprender más sobre su cuerpo, su manejo energético, su ritmo, etc.

Por ejemplo, para aprender a caminar sobre hielo con los crampones tienes primero que desaprender. Tienes que olvidarte de la forma habitual de caminar  y aprender una nueva. Tienes que lograr que tu cuerpo incorpore de manera transparente para tu mente esta nueva forma de caminar.

Saber cómo funcionan los crampones, saber cómo se atan y la teoría de cómo caminar con ellos es necesario, adquirir esos conocimiento es necesario; pero el conocimiento no te garantiza que luego vayas a poder ascender con ellos. Para eso tienes que darte el permiso de aprender, de incorporar a tu cuerpo y a tu mente esa nueva forma de caminar. Aprender no es solo tener más conocimiento.

Una vez que has aprendido a caminar de una nueva manera verás el camino más fácil, con más posibilidades. A partir de ese momento tendrás que sacar todo tu empuje para no caer en los hábitos anteriores y seguir incorporando los nuevos. Mantener tu mente ordenada y atenta, mantener tu estado de ánimo abierto y constructivo, eres decir, mantener una actitud ganadora. Sin actitud no hacemos nada.

También tendrás que apoyarte en el equipo humano que vaya contigo a la misma meta, aquellos que comparten contigo el mismo compromiso, el mismo futuro. Mi padre no subió solo, lo hizo en equipo, desde el refugio hasta la cumbre y vuelta fue con un gran equipo humano. En solitario no se consigue nada. ¿Cuáles son tus dinámicas con los demás?

Como líderes tenemos que ser conscientes que para cada nuevo paso que damos tenemos que aprender nuevas habilidades, nuevas técnicas y, sobre todo, expandirnos en todas nuestras dimensiones como seres humanos. Cada paso que damos genera un nuevo futuro que nos obliga a generar un nuevo yo, a aprender y desaprender para seguir construyendo el futuro que nos importa.

Mi padre, tras esta cumbre ya está pensando desde un presente con más posibilidades, desde un ser más grande. Ya está tramando su nuevo destino, ya lo está visualizando, esta vez será en Turquía… mentalmente ya se está preparando aunque sea para el año que viene cuando tenga 78 ó 79 años… y es que la edad también es cuestión de actitud.

¡Vive Causa!